Ha muerto el gran Berlanga, uno de esos raros autores a los que no sólo no les afecta la censura, sino que son capaces de incorporarla a su obra y hacerla trabajar en su favor.
La Vaquilla es absolutamente indigna de figurar en un blog dedicado a pelis que no son necesariamente buenas, pero quería compartir con vosotros el buen rato que pasé el otro día cuando la repusieron en la tele a título póstumo.
Tiene algo de fenómeno paranormal, porque por más que la haya visto mil veces, me sigo riendo como cuando la vi por primera vez. Tiene tantos momentos geniales: el torero jiñado, el cornudo, la suegra del cornudo, los almendros del cornudo, el marqués, la hermana del marqués, el alférez, el ex sacristán, el cura, la procesión, las oriundas del pueblo meando en la carreta, el barbero que tiene mil y una ocasiones de convertirse en héroe, el tonto del pueblo, la madame... que no sabría con cuál quedarme.
Olé Berlanga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario