Atención: si vas a adoptar a una niña, procura seguir estas sencillas instrucciones:
1.- No confíes en las monjas que llevan el orfanato. Su cálida disposición oculta que han extraviado toda la información de los huerfanitos, y no sabrían decirte si el niño en cuestión es alérgico a la lactosa o a los kiwis, así es que no hablemos del peritaje de un psiquiatra infantil que advierte de profundas tendencias homicidas.
2.- Una vez en el hospicio, no te dediques a vagabundear por áticos y pasillos a la búsqueda de la niña más freaky y rarita de todas.
3.- De entre todos los huérfanos, no elijas la que viste a la moda del siglo XIX, se adorna el cuello y las muñecas con una cinta negra y pone todo el rato cara de sospechosa.
4.- Si te empeñas en llevarte precisamente a esa, no le confíes a tu hija pequeña sorda e impresionable como si fuera la nueva niñera, sin mantener una somera supervisión de la relación con la nueva hermanita.
5.- Si desde que ella está en casa se multiplica por mil el riesgo de accidente, a lo mejor es el momento de reconocer que igual uno no ha atinado en la elección.
6.- Si las compañeras que se meten con ella en el cole terminan en el hospital, quizá va siendo hora de albergar alguna nebulosa sospecha y ponerse a buscar un video meritorio para youtube con la cámara del móvil.
7.- Si pillas a la criaturita en una o dos mentiras flagrantes, podría ser conveniente hacer ciertas averiguaciones en torno a su más que dudosa y remota procedencia.
8.- Si tu marido la defiende y se pone de su parte, desconfía también de tu marido, sobre todo si éste te fue infiel con anterioridad, y encima hasta te lo confesó.
9.- Sobre todo, siempre que estés manteniendo conversaciones telefónicas comprometedoras sobre su pasado o su futuro, recela de los cientos de escondites y recovecos en los que la niña maligna pudiera estar escuchando. Vamos, que te vayas a otra habitación a hablar por teléfono, que no es tan difícil, coño.
10.- Por último, y antes de acusarla de psicópata enana y retorcida, procura no tener un pasado de ex-alcohólica depresiva, con tendencias suicidas y tratamiento psiquiátrico de años o no te va a creer ni Dios.
Final memorable para una cinta que se deja ver y consigue sorprender.
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